
Luego el humo, que parecía ser un elemente importantísimo, lo sigue siendo, sin embargo descubrimos que no lo es por si solo. Nos encontramos con el bao, con la humedad en el aire, en los vidrios. Boe en contraposición nos muestra un humo limpio, perfecto en su movimiento, que juega en medio de la inmensidad húmeda de una ciudad helada. Los cortes son ràpidos, fuertes con poca lògica en su sentido, pero con un gran impacto emocional por medio de lo superficial de la imagen.
Boe ha puesto su cámara magistralmente por toda la película, y a pesar de que me sé la película de pies a cabeza, la intensidad del drama sigue ahí. Claro, es distinto, podría decir que me he dado cuenta de cómo el sonido hace de una película invasiva, entrando sin preguntar a mi cabeza y haciéndose presente al rededor de mi. Así sin voz, ni música mas que ese zumbido sigiloso de mi PS3 y el ambiente afuera de mi casa son los complementos de viaje que llevo conmigo. Ahora me encuentro dentro de la pantalla, casi invadiendo a la película, completándola con mis ideas, mi cabeza, mis recuerdos, mi lógica. Yo puedo decidir qué se escucha en el fondo del diálogo emocionalmente intenso, probablemente yo podría a mi refri.

La experiencia se ha revolucionado y ahora juego con la película, aunque no es completamente interactivo parece serlo en ciertos momentos, en los que mis decisiones o recuerdos complementarios a la imagen, coinciden o encajan con el siguiente cuadro y si no fuera así, yo puedo inventarme algo que lo haga.
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